Historia

Los orígenes de Isla Cristina se remontan a la segunda mitad del siglo XVIII, cuando pescadores procedentes del Mediterráneo se asentaron para explotar los caladeros de sardinas y atún, salazonar el pescado y extraer la sal.

Tras el terremoto de Lisboa de 1755, se marca el definitivo y estable emplazamiento de la entonces Real Isla de la Higuerita. Hacia 1834, se modificaría su nombre por el actual, Isla Cristina, como agradecimiento a la Reina María Cristina por la ayuda humanitaria prestada durante una epidemia de cólera que sufre la localidad.

Los siguientes años la industria pesquera va en aumento, así como su población. Las almadrabas para la captura de atún comienzan a despuntar y avanzan nuevas técnicas de pesca tras la introducción del arte del cerco tarrafa para la pesca de la sardina.

En el año 1892, se construye la primera fábrica de sardinas en aceite, así como salinas, dando comienzo a una etapa histórica para Isla Cristina con el nacimiento de la industria conservera y salazonera.

A finales del siglo XIX, Isla Cristina alcanza una época de gran esplendor económico, social y cultural denominándose la Época del Oro Azul (1888-1928). Gracias al crecimiento de la población y al aumento de esa grandeza socioeconómica y cultural, el 24 de octubre de 1924 el rey Alfonso XIII concedía a Isla Cristina el título de “Ciudad”.

Este auge industrial estaba articulado en torno a la captura, manufactura del atún y la sardina.

A consecuencia de este proceso de modernización económica, Isla Cristina experimentó un notable crecimiento demográfico, derivado de la demanda de mano de obra para las embarcaciones y de las fábricas, y de otras actividades indirectas de la pesca.

Las infraestructuras de la localidad se transformaron al mismo ritmo donde da comienzo la construcción del primer puente sobre la ría Carreras entre 1889, se instaló la primera planta generadora de electricidad en 1901, se inaugura en 1910 el primer edificio para mercado de abastos así como la plantación de los árboles en el emblemático Paseo de las Palmeras, se edificó la primera Casa Consistorial en 1913 y el matadero municipal en 1923.

En 1910 se funda el primer periódico, y luego se fundarían dos más, por lo que la población tenía a su alcance tres semanarios. La Higuerita, fue fundado en el año 1915, es el único de entre ellos que aún sigue editándose, siendo el decano de la provincia y el tercero más antiguo de Andalucía.

La burguesía conservera hacía constar sus éxitos económicos en sus viviendas, introduciendo elementos de la arquitectura modernista, construyéndose casas como la de Román Pérez (1916-1917), la de “Gildita” (1923-1927), la “casa de Don Justo” (1927), el Lulú (1920-21), entre otras muchas.

La época del “Oro Azul” finaliza en 1928 a causa de la escasez de sardinas que se venía observando de años atrás, la gran crisis provocó el desarme definitivo de muchos galeones y el cierre de varias fábricas, a la vez en 1936, con el estallido de la Guerra Civil, se trunca cualquier intento de resurgimiento de la industria.

Desde 1923 al 1931 Blas Infante, vivió en Isla Cristina, con la llegada de la Dictadura de Primo de Rivera en 1923 se suprimen los Centros Andaluces y Blas Infante se traslada a Isla Cristina donde reside nueve años como notario, dedicándose a estudiar y a realizar viajes a Portugal, Galicia y Marruecos.

Blas Infante visita Isla Cristina por primera vez en octubre de 1921, cuando acude al Teatro Victoria para una conferencia a la que acuden otros intelectuales como Alejandro Guichot, Ortega y Gasset y Manuel Siurot.

En Isla Cristina, residió en la casa nº 7 de la actual calle Diego Pérez Pascua (antigua Calle Real), fueron numerosos los paseos que dará por la ciudad, donde quedó sorprendido por la similitud entre los que llamó “jornaleros de la mar” y los jornaleros del campo, a los que tanto defendió, y por la gran actividad industrial y pesquera que existía en la Isla Cristina de principios del siglo XX. Tanto es así, que mandó pintar una escena de Isla Cristina y el muelle en su Casa de la Alegría, en Coria del Río.

En esta casa tenía su notaría y también su vivienda en la que nacieron dos sus hijas, la primera, Luisa, en 1928 y la segunda, María de los Ángeles, (Hija Predilecta de Isla Cristina) , en el año 1930. Blas Infante llamaba a Isla Cristina “mi patria” por ser el lugar donde nacieron sus hijas.

Sus influencias por su amor a los animales dieron lugar desde el Ayuntamiento a establecer en 1924, una norma pionera en España, contra el maltrato animal.

Su etapa en Isla Cristina se prolonga hasta 1931, cuando se proclama la 2ª República y Blas Infante regresa a Sevilla como notario de Coria del Río.

Los símbolos de Isla Cristina consisten en un pozo, representación de donde se recogía agua en los primeros momentos de su poblamiento y una higuera, árbol que crecía junto al lugar de abastecimiento, llegándose a conocer como el pozo de la higuera, y el mar, elemento inseparable de la historia isleña.

La Bandera está formada por dos franjas amarillas que representan al sol, más siete barras alternadas de blanco y azul que representan el aire y el mar, y en el centro el escudo de Isla Cristina, compuesto por sus símbolos, la higuera y el pozo y dos barcos.